Puesta de sol en Marruecos

Preliminares.


Los preparativos se inician 3 o 4 meses antes.

Se apuntan 16 furgos aunque al final viajamos 7.

En Algeciras, se realiza el primer encuentro y la entrega de billetes a los viajeros. Carlos y Alfonso, sin mi permiso, señalan el “furgoperfecto”.

Las furgos de Madrid con Oscar y Laura, David y Garbi con su genial prole, embarcan el sábado por la mañana. El mismo día por la tarde llegan desde Bilbao, Mikel y Lara. Un poco más tarde, desde Barcelona, lo hacen, Marc, Ona y Albert.


La expedición es intergeneracional, intercomunitaria, syncro, y muchos más inter... inter... inter.

 

Capítulo 1

Chefchauen

Domingo, 1 de Abril.

Ruta por carretera: Ceuta-Chefchauen-Azrou

A las 8 de la mañana embarcamos, via Ceuta la 2ª parte de la expedición. La travesía tranquila porque el fuerte viento de levante de la semana anterior había amainado y hoy precisamente es el día de cambio a Poniente, por tanto calma chicha.

Pasamos la frontera de Tarahal con márgenes de tiempo más que aceptables, porque no llevamos armas, ni nada peligroso (no han mirado las provisiones alcohólicas).

Viajamos hasta Chefchaouen, donde hicimos una  buena parada, para pasear y comer bajo la lluvia en la plaza.

Otra vez a las furgos para llegar a dormir a Azrou. La sección de Madrid nos espera allí.

Tarde y noche de aguaceros, pero ni la lluvia ni nada nos va a reventar la ilusión del viaje.

 

Capítulo 2

Bosque de Cedros

Lunes, 2 de Abril.

Ruta por pistas: Circular del Bosque de Cedros.

Ruta Por carretera: Azrou-Imilchil

Nos levantamos, aseo y desayuno. Pagamos en el camping, 60Dh, con el pan de regalo y a las 8h (horario marroquí, es decir las 10 para nosotros) estamos en las furgos.

Mikel dirige la caravana furgonetera por pistas, hacia el Bosque de Cedros. Pasamos una cantera de grava y zonas áridas que están ahora verdes y llenas de agua. No es su aspecto habitual, pero el agua que falta en España este año se ha quedado aquí, que también es necesaria.

Por el camino se incorporan una pareja de madrileños que viajan en un Toyota.

Parada larga en el Bosque de Cedros para ver a los monos en su entorno. Uno de ellos arrampla con el paquete de patatas de  Alex, cansado de cogerlas una a una.

Por fin vemos el sol, aunque la temperatura es baja.

A las 12 horas estamos de nuevo en ruta, destino Imilchil.

Paramos a comer a la salida de Ifrane, en un campo de amapolas y cosa rara por estos lares, nadie se acerca a pedirnos nada. Estas dos ciudades que acabamos de pasar, también Kénifra, tienen aspecto de haber mejorado su nivel de vida, edificios, vías, vehículos, y sobre todo muchos adolescentes salen de los institutos (Chicos y chicas juntos, buena señal, para su futuro).

Atravesamos el alto Atlas, ¡qué pena!, casi de noche, lo que nos priva de contemplar el espectáculo del entorno, aunque durante un tramo grande vamos las 7 furgos detrás de un camión a 20km/h, por eso vemos el paisaje a ambos lados de la pista.

Ya de noche llegamos a la orilla del lago, donde acampamos en semicírculo al lado de una autocaravana.

Hace un frio que pela y cae aguanieve.

 

Capítulo 3

Plateau des Lacs

 Martes, 3 de Abril.

Ruta por pista:  Plateau des Lacs

Ruta por pista: Imilchil-Agoudal-Dades

Ruta por carretera: Boumalne Dades-Todra

Una mañana fría. Nieva en Marruecos.

Después del desayuno enfilamos otra pista por “le plateau des lacs”, nos acercamos al lago Issi. Parece que estamos en Mongolia o en la Luna.

Los lagos en medio del desierto y todo alrededor montañas viejas con formas redondeadas cubiertas de nieve peinada a rayas (Efecto del viento o del relieve).

Salimos a pista asfaltada. Surtimos combustible y camino a Boumalne, volvemos a las pistas de tierra. Atravesamos poblados del mismo color que la tierra, perfectamente integrados en el paisaje y decenas de personitas a las orillas pidiendo de todo. Los esquivamos como podemos porque son cada vez más osados, se cruzan, tocan los coches, insisten...

Lo que no pudimos esquivar en la primera pasada fue el socavón que había en la pista. Parada en cuesta y colaboración en el paso nos permitieron seguir.

Hace frio y sigue nevando.

Alto Atlas

En la montaña los rojos y los ocres de la tierra cubiertos de cactus y musgos verdes, redondeados y moteados de finas capas de nieve, sirven de alimento a pequeños rebaños de ovejas y cabras, es por eso que su leche y su carne tienen ese sabor característico, fuerte y amargo, como su vida y alimento.

Paramos a comer ya abajo, en una explanada junto al rio. Tuvimos que comer en las furgos, no solo por el frio, los visitantes llegaron ya y nos acompañaron todo el tiempo. Un chico venia con nosotros desde arriba, se quitó los zapatos y campo a través por los terraplenes llegó a esperarnos al llano.

Continuamos hacia la garganta del Dades con algunos embarrancamientos pero sin grandes problemas. En la garganta, parada, bajada a pie, fotos… no es para menos, ¡qué maravilla!

Ya del tirón pasamos por Tinherir y llegamos a dormir al camping Atlas, camino de la garganta del Todra.

El tiempo ha mejorado y la noche se ha quedado buena, sin lluvia, serena y la luna llenándose.

Ha sido una etapa increíble, hemos estado en sitios a los que solamente se puede llegar andando o tronchando con las furgos como nosotros, con buena peña, colaboradora y fuerte, sin miedos.

 

Capítulo 4

Carretera a Erfoud

Miércoles, 4 de Abril.

Ruta por carretera: Todra-Merzouga

Ruta por pista: Merzouga-Taouz-Ouzina

Algunos se levantaron antes para visitar las gargantas. Los que las hemos visto, aprovechamos para una ducha tranquila y desayuno en el camping.

Sobre las 8:30, salimos hacía el desierto. Ha salido el sol, dice Francis que hace “día de sacar el toldo”. Inchalá...

En marcha, hacia Merzouga. Hacemos paradas para echar combustible y llenar los jerricans. En Rissani un poco más larga, para la compra.

Hacemos almuerzo comunitario, ya en Merzouga,  a la sombra de tres endebles arbolitos después de haber desatascado a Carlos y a Mikel que se han enterrado al inicio de la duna. Alfonso está encantado, su cabrestante  ha sido providencial para sacarlos de la arena. Su Sprinter  es dura y la ha camperizado de lujo, los chicos se la alaban y está cada vez más venido arriba.

Después de comer despedimos a la familia numerosa, se quedan hasta el viernes al pie de la Gran Duna rosa. No quieren apalizar más a los niños, que se están portando como auténticos BoyScouts.

Enfilamos ruta para Taouz y surge la verdadera aventura. Nos avisan de que el camino está cortado, ha llovido mucho y el rio se ha desbordado y no se puede pasar. No lo creemos, no será para tanto, nuestra expedición es fuerte y nuestras furgos trotamundos, así que seguimos.

Varios “guías del desierto” nos acompañan. Uno de ellos en una Mobilette nos sigue hasta el final, nos dice que podremos pasar... volando. Tampoco le hacemos caso.

Ahora es Albert, el que se queda atascado. Nada importante. Sale sólo con ayuda de sus bloqueos. El hombre va cargado de melancolía porque le faltan sus 4 chicas, creo que habla con ellas porque lleva su foto en el parabrisas.

La furgo de Oscar y Laura pincha... todo se arregla en un plisplás. Somos gente de soluciones.

Pero el desierto es así, y ni siquiera nosotros podemos pasar. Volvemos atrás y nos instalamos en una loma para cenar y pasar la noche, hacemos círculo con las furgos y en medio colocamos las mesas.

Camino de Zagora

Francis y yo preparamos una olla de fabes con almejas y entre el surtido de productos vascos, el jamón de Marc y Ona y lo que todos van sacando hacemos una cena en plan muestra gastronómica que no se la saltaba un galgo... cenamos súper. De postre, Alfonso prepara la queimada del desierto. Cuando estábamos cogiendo el puntito, se levantó un viento fuerte y cayeron cuatro gotas gordas, eso nos obligó a recoger rápidamente y a prepararnos para dormir.

El viento silba y mueve las furgos. Es un regalo de viaje, hace cuatro días que nos conocemos y estamos compartiendo, colaborando y disfrutando juntos del ambiente y del calorcito humano.

Nos dormimos aquí, en medio del desierto, en la tierra de las mil leches, mecidos por el ulular del viento.

Capítulo 5

Desierto

Jueves, 5 de Abril.

Ruta por pista:

Ruta por carretera: Rissani-Dades

Nos levantamos un poco más temprano, hay una luz mágica.

Después de evacuar la fabada y abonar un poco esta tierra yerma, nos ponemos en marcha a desandar el camino de ayer.

Cambiamos la furgo con Carlos y veo que necesitamos aire acondicionado en la nuestra. La suya tiene el confort de un gran turismo.

Volvemos a pasar por el pueblo de los “guías” que se ríen de nosotros a carcajadas.

Mikel, enfila otra ruta por el inmenso desierto hacia Erfoud.

Etapa de paradas... una para pasar una zona pedregosa, otra para que Marc arregle su techo... una más para ver como una serpiente paraliza y engulle a una rata canguro. Aquí el tiempo y el espacio son nuestros... en cada parada risas, comentarios... todos venidos arriba.

El subidón se termina al llegar al rio, la bajada y el barrizal nos impiden el paso.

Oscar y Mikel hacen una avanzadilla a pie, descubren que vadear el rio sería posible, Mikel lo cruzó en calzoncillos, pero bajar... no.

Se nos une un austriaco y su familia en un coche de no sé cuantos caballos. Seguimos duneando y enterrándonos en arena unas cuantas veces.

Sobre las cuatro salimos del desierto, menos mal que llevaban las rutas bien, si no todavía estaríamos por allí. Inmenso el desierto.

Cerca de Erfoud

Entramos en el asfalto bordeando un palmeral y paramos a comer algo, como casi siempre rodeados de “no invitados”.

Cerca de Erfoud paramos a limpiar las placas de matrícula, vamos de arena hasta las trancas, no se distingue el color de los coches.

Seguimos ruta para llegar a Ouarzazate, pero atravesar algunos ksares es una odisea, cientos de bicis por la carretera a la par, multitudes moviéndose en todas direcciones, nos obligan a circular muy despacio y retrasan nuestros planes.

Son pueblos más pensados para el movimiento peatonal que motorizado y como hace buen tiempo la gente vive en la calle. Total que antes de lo previsto entramos en el camping Soleil Bleu, está al lado del hotel Saluka Dades.

Hablan de cenar en el restaurante del riad pero tardan 2 horas en preparar algo, total que desisten y se cena de lo que hay. Es evidente que la cocina rápida no forma parte de la cultura marroquí.

Mikel y Albert se lían la manta a la cabeza para desmontar el palier de la T3, que se ha rebelado y hace un ruido bastante sospechoso.

Después de sacudir el fes-fes del desierto de todo el día, nos acostamos.

 

 

Capítulo 6

Camino de Ifoulou

Viernes, 6 de Abril.

Ruta por carretera y pista: Dades-Ifoulou

Entre la noche de ayer y la mañana de hoy, tocó ducha general. Después de las abluciones vamos todos como los chorros del oro. A las furgos no les ha tocado, creo que todos queremos importar un poco de esta tierra.

Salimos a las 8:30 y vamos camino del pueblecito en el que Oscar ha establecido su programa de colaboración.

A lo largo del valle del Tessaut, el paisaje es precioso, montañas nevadas al fondo y en las laderas pueblos y aldeas que parecen un nacimiento. Se nota que el turismo favorece algo su economía. Casas nuevas, construcción, comercio.

Las montañas son multicolores y las aldeas del mismo color.

La pista que lleva al pueblo es difícil y estrecha, el paisaje recuerda los reportajes del Himalaya.

Oscar nos va contando como gracias a su club de montaña, “Geoda”, llegó aquí por primera vez y se prendaron mutuamente, así fue como empezaron a romperse los cascos para echar una mano.

Una vez en el pueblo buscamos sitios para aparcar las 7 furgos. No fue nada fácil, pero entre subidas y bajadas, nos alineamos a lo largo del rio. Comimos y a las 4 fuimos al albergue donde nos sirvieron churros bereberes y té.

Hacia un frio pelón, estamos en una cota cercana a los 2000 m. y las montañas nevadas, muy cerca, así que es de esperar.

Oscar nos invita a cenar en la casa comunal con los cooperantes, tomamos cuscús de pollo, tajín de cabra, pan, vino y ensalada.

Ifoulou

Creo que a todos nos ha conmovido la hospitalidad de estás personas que han compartido con nosotros sus escasos bienes, trataremos de corresponder con nuestras pequeñas ayudas... recordando aquello de que ”un grano no hace granero, pero ayuda al compañero”.

Nos despedimos y nos disponemos a dormir. Nuestras furgos están las primeras en el desfiladero, ya que vamos a salir más temprano.

Hace mucho frio pero nos dormimos enseguida, esta noche mecidos por el murmullo del rio que corre abajo.

 

Capítulo 7

Sábado, 7 de A bril.

Ruta por pista y carretera: Ifoulou-Marraketch

Ruta por carretera: Marraketch-Esaouira

A las 6 de la mañana nos levantamos para salir a las 7 (los cooperantes nos hicieron esperar un cuarto de hora, pero al final no se vinieron).

El viaje hacia Marrakech es también de trazado sinuoso, entre montañas y valles del Atlas. Ya llegando abajo, en Demnate, descubrimos un circuito con formaciones kársticas llamado Imin Ifri y se nos apuntan dos “guías” para “ayudarnos”, lo visitamos en unos 20 minutos y seguimos ruta.

Sobre las 12 entramos en la ciudad, Mikel nos dirige a un parquing que conoce, detrás justo de la Koutoubia, allí dejamos las furgos y nos vamos andando hacia la plaza y al zoco.

Marraketch

Me encanta la impresión de las personas que lo visitan por primera vez. Hoy es Lara la que se deja emborrachar por la exuberancia de colores, de olores, de texturas, parece que estamos en “Las mil y una noches”. Los comerciantes notan la expectación de Lara y le quieren vender de todo, pero solo compramos un bolso y un pañuelo a juego cada una... eso sí, practicando el regateo.

Comemos en una terraza, compramos frutos secos y aceitunas y nos despedimos de estos amigos de la edad de nuestros hijos con los que tan bien lo hemos pasado.

Carlos y Francis y nosotros, tomamos otro té en una terraza en alto, volvemos a por los coches y nos ponemos en camino hacia Essauira. Carlos nos avisa de que llevamos pasajeros en la baca, creemos que es de broma, pero en un semáforo se bajan Francis y Carlos y hacen bajar a dos chavales que efectivamente se habían subido en nuestra baca. ¡Qué peligrosos!

Llegamos de noche a Essauira y acampamos en el camping de auto caravanas al lado de la playa. Hay un grupo de catalanes que van para abajo.

Cenamos y a dormir. Esta noche no nos arrulla el viento, ni el agua, solo el ladrido de los perros.

La temperatura es buena, la humedad del mar ya nos refresca la respiración.

 

Capítulo 8

Essauira

Domingo, 8 de Abril. Un día de regalos.

Ruta por carretera: Esaouira-Oualidia

Nos levantamos tarde, para hacer horario de domingo y después del desayuno nos vamos andando por el paseo marítimo hacia la ciudad.

La playa es enorme, la marea está baja... como bajan las mareas en el Atlántico.

Hay un montón de negocios en torno al turisteo. Alquileres de camellos, de caballos, de quads, restaurantes y bares, tiendas de surf...

Damos un paseo por el puerto, visitamos la fortaleza y nos metemos en la medina.

A la hora de comer, volvemos a las casetas del puerto y ajustamos una mariscada por 500Dh, nos ponemos los cuatro búhos de buen pescado y marisco. Nos sobró a pesar de nuestro buen saque.

Tomamos un té en la plaza y a las 2 Francis y yo nos vamos al hamam, lo habíamos reservado antes. Los hombres no quieren, ellos se lo pierden. Es precioso, delicadamente decorado pero respetando la esencia de los baños árabes. Salimos de allí las dos como flotando, relajadas y con la piel de lujo y volvemos andando a las furgos.

Arrancamos por la carretera de la costa, que va cambiando, a veces escarpada, a veces baja y arenosa, con amplias playas y desembocaduras de ríos que forman pequeñas rías.

Se hace de noche y decidimos quedarnos en el primer sitio que encontremos para no perdernos el paisaje. Pasamos por varias ciudades importantes, Safi con un gran complejo químico y universidad, el ambiente por aquí es europeo, además están cometiendo los mismos errores que nosotros, es difícil entender que los beneficios del progreso son muy limitados y siempre tienen fin, normalmente nos damos cuenta de ello cuando ya la hemos....

Entramos en Oualidia, el Parquing de caravanas, es enorme y está al lado de la playa. Coincidimos con una pareja de Málaga que también viajan en furgo. Tomamos una copa con ellos y nos reímos un rato de sus aventuras por Marruecos en este y otros viajes.

Al otro lado de la plaza hay una boda. Es un pueblo de veraneo, nuevo limpio y muy bien iluminado.

Esta noche nos dormimos con el croar de las ranas.

 

Capítulo 9

Lunes, 9 de Abril.

Ruta por carretera: Oualidia-Asilah

Salimos hacia Casablanca, pero al mediodía cuando estábamos entrando, y ante semejante caos vial, nos acojonamos y decidimos coger la autopista hacia Rabat. Se nos ocurrió salir para entrar en un súper y la liamos. No pudimos entrar al Parquing, no cabíamos y para salir atravesamos la zona suburbial de Casablanca. Los dos conductores estaban de acuerdo en que esta fue la aventura más peligrosa de todo el viaje.

Paramos en Mohamedia, zona de playa y comimos de lo que nos quedaba, los hombres descansan del estrés de la conducción y Francis y yo dimos un paseo por la playa, ya con mucha gente, unos chicos se bañan en el mar con sus caballos.

Seguimos y como no hay dos sin tres volvimos a entrar en Rabat, no es el follón de Casablanca, pero poco menos, por donde nos metemos no se ven vehículos con matrícula extranjera. Carlos y Alfonso conducen a lo moro, respetando con toda su calma, la norma de tráfico prioritaria en Marruecos: ”maricón el último”.

Llegamos a Assilah por autopista a tiempo de tomar unos percebes en casa Pepe, con sabor a los da Costa da Morte, pero con bastante mejor precio.

Después del paseo por el marítimo nos acostamos.

 

Capítulo 10

Cerca de Oudalidia

Martes, 10 de Abril.

Ruta por carretera: Asilah-Ceuta

Hacemos un poco de charla con el alemán del camionazo que tenemos al lado. Viene loco del lago Baikal.

Y cogemos hacia Tánger, para allí entrar en la autopista que lleva a Ceuta.

Salimos hacia Rincón de Mdiq, pero en lugar de tirar hacia el pueblo, cogimos hacia la zona nueva, llena de urbanizaciones, de hoteles, zonas turísticas que a poco que se lo monten le van a dar una puñalada trapera a la costa andaluza.

Pasamos la aduana en un plisplás, había poca gente y en 15 minutos estábamos listos.

Aparcamos en el puerto y fuimos a comer algo. En el Jota nos atendió un camarero de León que vive en Tetúan, va y viene todos los días y tiene allí a su familia, es un enamorado de Marruecos, como él dice, con sus cosas buenas y sus cosas malas.

A las 7:30 entramos al puerto y nos colocamos en el embarque de Balearia, pero no nos dejan coger el rápido que sale ya, creo que no cabemos. Esperamos al nuestro, el de las 9 y sobre las 10:30 estamos en casa.

 

Epílogo.

Amigos, nosotros hemos ido muchas veces a Marruecos y siempre hemos vuelto contentos, porque es un país generoso. Pero si tenemos que evaluar, este ha sido nuestro mejor viaje; seguramente vuestra compañía es la causante.

Esperamos encontraros en próximas singladuras… y ya sabéis... hasta siempre.








Viajeros.

Anacoreta: David, Garbiñe, Sasha, Unai, Dani.

Maragato: Alfonso, Edita.

Marcus: Marc, Ona.

Mikel24: Mikel, Lara.

Osk4r: Oscar, Laure.

Sherpax3: Albert.

Carlangas: Carles, Francis.

Desarrollo Web: CBHardware

Texto: Edita Villamarín

Fotografía: Francis, Albert.


Video:
Oskar, Carles.